Hace tiempo que le venia dando vueltas a esta idea del toque adrenalinico, no se si era cuestión mía solamente o le pasa a alguien mas, -yo creo que es masivo- pero mi impresión es que si tu te precias de ser un estudiante Universitario o de Educación Superior y no haz experimentado el toque adrenalinico sencillamente nunca serás o nunca fuiste un verdadero estudiante, así de simple o en el mejor de los casos eres de otro planeta. Quien nunca haya terminado un trabajo en el computador de la U, corrigiendo todo a ultima hora, cambiando algunos “detalles” corriendo de allá para acá, buscando un lugar para imprimir, pidiéndole unos minutos mas de plazo al profe, tratando de arreglar esa impresora que con la mítica ley de murphy se echa a perder en el momento menos indicado; o quizás cuando te baja el alumno “aplicado” que todos llevamos dentro, pero muy dentro nuestro y te dice.: “Nos vamos a juntar mañana, porque nos quedan dos semanas para la entrega del informe” –un plazo mas que suficiente- pero que por razones que uno no sabe de donde emergen se pospone una y otra y otra vez hasta llegar al mítico día final de presentación del informe y no tener “nada” listo todavía.
Debo comentarles que por mas esfuerzos que hago de tener los casos, informes listos o estudiar con semanas de anticipación para las pruebas, es casi una herejia para un estudiante de educación superior hacerlo de esa manera. Uno necesita ese toque adrenalinico para “sentirse vivo” es la forma ideal de saber que uno es humano, que es un mortal como cualquier otro, que es mas que una cara bonita y que necesita de esa “droga” llamada.... “el toque adrenalinico”.
Cualquier semejanza con personas vivas, muertas, a medio morir saltando. Es solo una extraña, inocente y casual coincidencia.