No hay caso, el olor a potrero se hace cada día mas intenso y no hay absolutamente nada terrenal que lo haga desaparecer, la potreritis aguda de la que sufre el club de deportes no puede ser tratada ni con el mejor doctor del mundo. Lamentablemente nuestro equipo tiene algo del sino del fútbol chileno: “Juega como nunca, pero pierde como siempre” No sacamos nada con decir que los árbitros nos perjudican, que los rivales juegan contra nosotros como si fuera la final de la Libertadores o porque sencillamente quieren ver hundido al gurú, todo eso es lo clásico y todas esas dificultades pasarían sin pena ni gloria, si los delanteros hicieran los putos y maracos goles. Si, porque si el equipo no hace un mísero gol es imposible ganar un partido.