Estimados compañeros: Me llena de alegría, júbilo, rezonga y algazara, presentar el primer capítulo de Etica Financiera. El espacio, el lugar, el sitio, el cialiábulo que no hace otra cosa que instruir y aleccionar al prosáico, al bellaco, al ruín, al marsopla, al jumento, al mentecato, al cerril. ¿De quién hablamos...?